La timidez es una característica muy común que algunos logran disimular o compensar más que otros. Se caracteriza
por sentirse incómodo, inhibido, torpe, o con mucha dificultad para interactuar
en presencia de otras personas, es un temor casi permanente a hacer o decir
algo en presencia de otros. Todo esto se
relaciona con la falta de confianza en uno mismo (“no voy a poder”) y también en los demás (“me van a criticar, se van a burlar”).
La timidez,
es una manera de ser y de
relacionarse con el mundo que se asocia
con la ansiedad tanto en niños como en adultos, y es por esta ansiedad que
a una persona tímida “le pasa de todo” en situaciones sociales (especialmente
en las que se siente evaluado), por eso se considera a sí mismo torpe.
Aunque se sabe que tiene un componente genético,
no está claro qué tanto se debe a la herencia y qué tanto al aprendizaje ¿se
nace siendo tímido o se aprende a ser tímido?
Las últimas investigaciones indican que se tiene
una predisposición genética que se va reforzando con el aprendizaje, es decir, la
persona tiene ciertas características personales que lo predisponen a la
timidez por ejemplo alguien que no disfruta tanto estar en grupo ya que le
gusta estar solo, o que biológicamente se sonroja o suda más fácilmente. Pero
es a través de muchas experiencias que va aprendiendo a comportarse con
timidez, imagínate la primera vez que resbaló en la calle, la gente se rió de
su caída y se puso rojo como tomate…sin duda asociará el ponerse rojo con
situaciones de vergüenza y no sólo se sonrojará cuando se cae, sino también
cuando habla con otras personas, cuando debe dar un discurso o pedir un favor a
alguien, ya que todas son situaciones que lo atemorizan, tanto o más que
caerse, por lo que la respuesta biológica (sonrojarse, sudar, temblar) es la
misma.
La persona tímida suele ser muy cautelosa, no quiere
arriesgarse a equivocarse, a ser rechazada, sobre todo tiende a creer que no
tiene mucho valor o capacidad ante determinadas situaciones. Siente una
profunda ansiedad al pensar en el contacto social y su miedo a afrontar ciertas
situaciones limita sus actividades, algunos se las ingenian para evitar y otros
afrontan la situación pero la sufren mucho.
Es común sentir temor a algunas situaciones
sociales como hablar en público o con alguien de mayor jerarquía, a equivocarnos
frente a otros, etc., pero cuando el temor llega a tal punto que interfiere en
la vida cotidiana y nos priva de disfrutar cosas que podemos hacer es momento
de consultar un especialista, la timidez a este grado no se quita solita, es
necesario practicar la forma más apropiada de acercarnos a los demás, disminuir
el miedo e ir desarrollando seguridad en uno mismo poco a poco.
Algunas cosas que puedes practicar son:
- Convencerte de que tienes posibilidades reales de actuar y triunfar, es muy poco probable que TODO salga completamente mal, de cualquier situación obtenemos una ganancia.
- Controla tus pensamientos de catástrofes futuristas: ¿te das cuenta que estás provocando tus propios miedos? Deja de adelantarte a lo que va a pasar, no eres adivino/a así que no vale la pena prepararte antes de que algo pase, vale más la pena estar tranquilo para afrontar lo que pase en el momento.
- Dale la oportunidad a la gente de actuar y sorprenderte, no esperes lo peor de los otros, sólo te desgastarás y si llega a pasar que alguien haga algún comentario te sentirás peor que si lo tomas con tranquilidad.
- Quítale valor a los comentarios de los demás: la gente puede decir muchas cosas que no son objetivos ni reales, TÚ decides si te afectan o no. Autovalórate, reconoce tus cualidades, siéntete a gusto contigo mismo.
- Crear un ambiente que facilite que las cosas salgan como te gustaría, si odias el fútbol no te inscribas al equipo, si lo que quieres es acercarte a alguna persona escoge el mejor momento, no cuando esta persona esté ocupada o de mal humor.
- Quítate la idea de que todos te observan todo el tiempo, la única persona que está completamente enfocada en sí mismo eres tú.
Hay que practicar para empezar a disminuir el
miedo hacia los demás, si sigues evitando seguirás sintiendo miedo, atrévete a
hacer pequeños acercamientos y recuerda que NADA de lo que pueda pasar es tan
terrible.
Evalúa si la terapia es una opción,
si has intentado muchas veces acercarte a otros, superar la timidez y disminuir
tu ansiedad sin resultados, vale la pena que te preguntes si un espacio de
práctica en el que te sientas seguro es una opción. En terapia no sólo
practicamos, también encontramos la raíz de lo que ha mantenido tu conducta de
timidez y buscamos soluciones nuevas que pueden ser exactamente lo que
necesitabas hacer en tu vida cotidiana. Recuerda que no vale la pena vivir
sufriendo cada día, para cada obstáculo hay muchas soluciones sólo hace falta
verlas y elegir la mejor para ti.
Feliz mitad de semana.
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