Se acerca
rápidamente la temporada de exámenes, pendientes y cierre de año, sea lo que sea que hagas
en tu vida diaria, puede ser que hayas sentido alguna vez que no hay manera de
concentrarte, eliges un momento, pones toda tu fuerza de voluntad y aún así...
¡no avanzas! No desesperes, hay mucho que puedes hacer para avanzar... lo
importante es empezar a definirte, puede que sientas que perderás más tiempo
haciendo esto pero no es así, además ¿no crees que ya has perdido mucho tiempo
aún sin hacerlo? Si no lo intentas no sabrás si funciona, así que
en este momento saca una hoja de papel y algo con qué escribir y empieza a
poner orden. Esto y cada cosa que escribas te será
de mucha utilidad:
1. El “QUÉ”
En primer lugar, define muy claro tus objetivos a
alcanzar... por ejemplo, terminar de leer un
capítulo, hacer los 5 ejercicios
de mate; hacer 5 llamadas de una lista de 300 contactos, NO escribas cosas vagas: “terminar el
trabajo”, “terminar los pendientes” o “terminar la tarea” estas son tus metas, no
objetivos, lo que hay qué hacer es escribir en una lista QUÉ es lo que hay que hacer para lograr esa
meta, de preferencia de lo más urgente o importante a lo que menos te afectará si no alcanzas a hacerlo.
2. El “DÓNDE” y el “CUÁNDO”
El lugar apropiado para estudiar
definitivamente no es el sitio más ruidoso o el más oscuro. Seguro que has oído
mucho sobre esto así que resumiendo: que sea un lugar donde te sientas cómodo
pero no te quedes dormido (la cama es para dormir, no para estudiar), si hay ruido has conciencia de este, es decir ponles atención unos minutos para que te vayas acostumbrando a él; tu lugar es mejor si está bien
ventilado, si te encierras literalmente puede ser que falte el aire y empieces
a cabecear, es necesario que tanto la ventilación como la temperatura las
sientas cómodas pero que no sea NADA que asocies con dormir, no se vale taparte con una cobijita que usas en tu cama ni ponerte la pijama, siéntete cómodo pero date la instrucción de que no es hora de dormir sino de hacer cosas.
El horario de estudio: No es muy buena idea
estudiar cuando estás cansado ya sea por desmañanarte o por desvelarte, si son
tus únicas opciones trata de tomar una pequeña siesta antes. Procura que haya
pasado mínimo una hora después de haber comido (sobre todo si fue una comida
abundante) y YA NO COMAS NI PIQUES piensa que esto, aunque parece que te ayuda
a concentrarte, es una tarea más a realizar y es mejor ahorrar energía para mantenerte
concentrado. Mejor úsalo como premio durante tu descanso.
El descanso dentro del horario de estudio: Lo
ideal es buscar enfocarte en la tarea de 30 a 45 minutos máximo, este es el
periodo de atención ideal, puede ser que para algunos sea mucho tiempo, intenta
acercarte a este tiempo largo de concentración poco a poco, primero 15 minutos,
luego 20, hasta que llegues a los 45. Por el contrario otras personas piensan
que ya que se concentraron es peor parar porque “quien sabe” si puedan volver a
lograrlo. A la larga sale peor este remedio de no parar, pues tu cerebro está
cansado y comienza a tener fallas para guardar los datos en tu memoria.
Procura, aunque sea, descansar unos minutos pero NO acostarte o dormir,
descansar significa hacer una cosa completamente distinta a la fase de
concentración, levántate por un vaso de agua, ve al baño, mira por la ventana
sin pensar en lo que estas estudiando o haciendo, come tu premio, en fin, que
sea algo para lo que no tengas que pensar.
Cuando realmente NO ESTÉS LOGRANDO
CONCENTRARTE, deja de estudiar o de hacer lo que estás intentando hacer. Repasa tus objetivos ¿Qué es lo que quieres
hacer? ¿Para qué estás estudiando o haciendo ESO? Por unos minutos haz otra
actividad completamente diferente como caminar, estirarte, aflojar los hombros,
etc., por unos 5 minutos MAXIMO. Después,
inténtalo de nuevo, acuérdate que no todo nos sale a la primera y muchas veces
el esfuerzo en realidad es intentarlo una y otra vez, no te frustres, esto es
como una montaña que vas subiendo, al principio es muy pesado pero en cuanto
defines el camino y tomas un ritmo se hace más fácil. Inténtalo.
La
concentración es una habilidad que SE VA ADQUIRIENDO, nadie nace “concentrado”,
en realidad llevamos a cabo varias estrategias para lograrlo, poner música
ayuda a aislar el ruido, respirar tranquiliza, hablar en voz alta ayuda a no quedarse
dormido, comer una manzana o fruta nos da la azúcar necesaria para despertar, estudiar
en grupo puede ser divertido siempre y cuando logren avanzar, etc.
¿Sufres indecisión
al momento de empezar a estudiar?
Puede pasar que pierdas tiempo en animarte a
empezar a estudiar. Recuerda que no hay “un momento PERFECTO” para estudiar o hacer pendientes, tú
construyes el momento en el instante que te DECIDAS a hacerlo. Deja de pelearte
con el por qué hay que hacerlo y pon manos a la obra. Ocupa la energía que
estás gastando en imaginarte cómo escapar de tus pendientes y mejor sácatelos
de encima.
Define un
momento en tu día en el que dedicarás todos tus esfuerzos en terminar el
pendiente; cuando llegue ese momento no empieces con ¿lo haré hoy? ¿lo haré
mañana? ¿haré aquello? ¿estudiaré esta materia? ¿o mejor, estudiaré esta otra?
¿empezaré por esta actividad o esta otra?
Estos pensamientos además de producir cansancio causan conflictos innecesarios y
son preguntas que se repiten una y otra vez... y mientras tanto se pasa el
tiempo.¿Ves por qué es importante tener tu lista de pendientes a la mano? Ya no necesitarás brincar de una cosa a otra preocupándote por no avanzar, tendrás clarísimo qué hay que hacer primero.
Sea el que
sea tu pendiente es una elección y la elección es tuya, hay ventajas de
llevarlo a cabo y desventajas de no hacerlo. Empieza por aquellas cosas que si
no haces tiene mayores consecuencias, haz tu jerarquía y haz lo que haya que
hacer. Ayúdate a eliminar el tiempo que se pierde en animarse a empezar. Una
vez que sabes con certeza lo que hay qué hacer, pude hacerse de inmediato.
¿Tu cabeza no te deja concentrarte?
La concentración es estar enfocado en una sola cosa. Si una gran cantidad de pensamientos pasan por tu
cabeza y tú le haces caso a todo lo que se te ocurre, por ejemplo, de repente
te acuerdas que tenías que ponerle agua a las plantas y te paras a ver si cada planta tiene o no agua, o recuerdas que le prestaste un
libro a alguien y lo vas a necesitar y te empiezas a preocupar...te desenfocas,
y adiós concentración.
Mantente en calma, respira profundo y tomas las riendas de tus
pensamientos. En vez de seguir con la preocupación, cada vez que surja una de
estas ideas que te interrumpen repítete “ahorita estoy haciendo esto que es MÁS importante, cuando
termine haré ese otro pendiente”, anótalo en tu lista y sigue en lo
tuyo. No lo dejes a tu memoria pues puede que lo olvides (y podría ser importante).
Aguanta un poco la sensación de urgencia de hacer todo al mismo tiempo.
A veces concentrarse tiene más que ver con ordenarte que con voluntad, si no sabes qué hacer le dedicas tiempo a lo menos importante o avanzas poco en cada cosa sintiendo que no acabaste nada. ORDÉNATE y verás cómo cada paso va siendo más claro. Una vez que termines ESE
pendiente no pienses en todo lo que falta por hacer, prémiate y siente la
satisfacción de sacarte una más de tu lista de cosas por hacer. Habrá cosas que no termines (eres humano y el día sólo tiene 24 horas), y tendrás que aprender a ir previniéndote, si ya sabes que es fin de año en la escuela pide a tus maestros que te digan cómo calificarán o checa si habra trabajos finales, si estás en el trabajo haz lo mismo, tienes derecho a saber qué pendientes habrá. Probablemente salgan imprevistos así que ya sabes, mételos en la lista y checa qué consecuencias habrá (positivas y negativas) y dale orden a tu día. Y citando a Gaturro...
Me ha parecido muy interesaaaaaante su informaciòn, gracias
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