miércoles, 18 de diciembre de 2013

Cómo comenzar a ser feliz y mantenerme así a partir de ahora

Uno de los propósitos más comunes y de los deseos que expresamos más comúnmente es el “sé feliz” o el “quiero ser feliz” pero ¿en dónde se encuentra la felicidad? ¿cómo le hago para empezar a sentirme mejor? Recuerda que no hay soluciones mágicas, desconfía de ellas porque no es una sola cosa la que nos regala momentos de felicidad, es una suma de factores que, reunidos, nos hacen sentir felices. Es un esfuerzo continuo que cada vez se hace más fácil.

En psicología se han reunido una serie de hábitos que pueden colaborar a que te sientas bien, ¿cuáles ya estás llevando a cabo y cuáles te faltan? Si no pones en práctica estas alternativas, no sabrás si funcionan:


Duerme bien
Empezando por lo básicp. Cada persona tiene su propio ritmo de sueño y descanso, pero en todos es importante que se cumpla para que el estado anímico y el corporal funcionen correctamente.

Ejercítate
Libera endorfinas y modifica tu actitud frente al mundo. El ejercicio disminuye el estrés y algunos síntomas de la depresión, además de hacernos apreciar más nuestro cuerpo.

Convive con personas positivas
Es probable que si tú no puedes verle el lado amable a las cosas, este tipo de personalidades te ayude a sentirte mejor y a aprender cómo ver lo positivo de cada situación y no sólo lo negativo.

Ve (también) el lado bueno de las cosas (además del malo)
El optimismo, tan atacado desde hace varios años, tiene sus virtudes, no se  trata de no ver el obstáculo sino de darte cuenta de que éste no es catastrófico y terrible. Se trata de dimensionar las cosas y ver el todo. Ser 100% positivo es un engaño, igual que ser pesimista y ver todo peor de lo que es. La vida tiene ambas cosas.

Persevera
Al parecer algo que distingue a quienes son felices es su actitud ante el fracaso: saben reponerse y lo vuelven a intentar.

Celebra los pequeños triunfos
Los triunfos personales, nos llenan de felicidad. Sin embargo, lo usual es pensar sólo en grandes victorias, aquellas que se consiguen con esfuerzo y sacrificio. ¿Pero qué pasa con los triunfos más pequeños y cotidianos? Siéntete bien con lo más usual, lo que pasa cada día: llegar puntualmente a una cita, terminar un libro, haber hecho reír sinceramente a alguien, razones hay miles sólo falta que las pongas en tu mira.

Genera gusto por los placeres sencillos
No necesitas sacarte la lotería para ser feliz, saborear una rica comida, despertar el día de hoy, tener lo mínimo indispensable, es razón para disfrutarlo y tiene todo que ver con el punto anterior.

Sonríe cuando quieras hacerlo
Si tienes pensamientos positivos, felices, igualmente puede ser que sonrías con más facilidad y naturalidad. Curiosamente, según algunos estudios, falsear una sonrisa durante una situación poco agradable puede empeorar tu estado de ánimo, ya que requiere de energía y esto desgasta.
 
Ríe tanto como puedas
Reír es toda una reacción química de nuestro cuerpo en la cual se liberan sustancias que combaten el dolor y la tensión, fortalecen el sistema inmune e incluso, como el ejercicio físico, controlan el apetito y reducen el colesterol.

"Haz el bien" o lo que es lo mismo actúa como la persona que quieres ser
La felicidad puede mirarse también como un circuito que se nutre a sí mismo y así se sostiene (y de paso sostiene al mundo): hacer sentir bien a alguien tiene como consecuencia una cadena de bienestar, reduce la negatividad a tu alrededor y te da un mejor ambiente.

Déjate llevar
Cuando hacemos algo que nos gusta, es muy frecuente que se nos vaya volando el tiempo. Aquello que hacemos es tan satisfactorio, que todo lo demás deja de importarnos, implica motivación y es importante para sentirnos felices y productivos. No pienses en lo rápido que se fue, sino en lo mucho que lo disfrutaste.

Busca también conversaciones profundas, no sólo superficiales
La revista Psychological Science publicó un estudio en el que mostró cierta tendencia de las personas felices por preferir conversaciones profundas, sustanciosas, en vez de pláticas sobre temas menores o banales, así que busca un espacio para generar estas conversaciones.

Gasta el dinero CON otras personas
El dinero no compra la felicidad, pero al parecer, cuando se gasta en o con otras personas y no en uno mismo, aumenta la sensación de ser feliz.

Sé paciente y escucha a quien te platique
Escuchar hace sentirse acogido y comprendido a quien se escucha; a la vez genera una sensación de ser útil y digno de confianza en quien escucha.

Aprecia la música
La música que escuchamos puede afectar la manera en que percibimos el mundo: una tonada triste nos hará ver un mundo triste, mientras que una alegre nos anima a sentirnos mejor.

Desconéctate de vez en cuando
El celular, la computadora y otros gadgets absorben tiempo completo, no se trata de no usarlos sino de moderar su uso y estar conscientes que olvidar el celular en casa o que se vaya la luz no es motivo para ponernos de malas, entiéndelo NO LOS NECESITAS, hacen tu vida más práctica pero no son lo que te mantiene vivo, quítate esa idea y enfócate en todo lo que has dejado de hacer por estar conectado.

Prefere relaciones cara a cara
En nuestro tiempo pareciera la tecnología de telecomunicaciones permite estar en contacto con nuestros amigos, familiares e incluso nuestra pareja, sin embargo sólo el contacto físico disminuye las sensaciones ligadas con la ansiedad y combate efectivamente la soledad cuando nos rodeamos de personas queridas.

Busca la naturaleza
Una caminata de veinte minutos revitaliza, tanto el cuerpo como la mente y el espíritu. Date un rato de paz, escucha la naturaleza y no sólo el ruido del tráfico o de tus dedos en el teclado o la pantalla.

La importancia de la espiritualidad
Nos hace reconocer que somos algo más que materia, lo sagrado en el mundo nos hacer ser agradecidos, generosos, pacientes, tolerantes, además de otras actitudes que, cuando practicadas, redundan en nuestra propia felicidad. Es saber que en el camino de ser feliz alcanzas una meta mucho mayor y de trascendencia.

¿No encuentras razones para ser feliz? Hay maneras de encontrarlas escríbeme claudia@pensarterapia.com y encamínate a una solución y no sólo a mantener el problema

2 comentarios:

  1. Buenas tardes... Tengo 24 años, 4 de casada y he intentado ser feliz pero no lo consigo, me rendí he intente sólo vivir en paz y resultó mejor para mí matrimonio pero me siento hueca, totalmente vacía y sola.
    Mi esposo es el prospecto ideal lo amo y me ama mi problema es que en ocasiones me hace sentir que mi forma de amar lo asfixia y mi familia incluso dice que soy muy dependiente de el, pero no veo cómo eso pudiera ser malo así que me desgastaba x hacer que el fuera tan intenso como yo cosa q no sirvió, a veces creo que yo estoy mal ya que lo qm daña es algo aparentemente absurdo, ejemplo; un dia creo sentirme bien, me levantaba y me arreglaba. mi esposo me miraba una, dos, tres veces y no dijo que luciera bien o el echo de que no m llamara en cuanto llegara al trabajo y así de fácil se me desmorona todo, me siento rechazada y poca cosa... Lo hablaba con el decía perdón pero volvía a pasar al día siguiente xq simplemente no le nacia. Traté de entender q no me podía amar como yo amo pero eso solo me llevo a que de una manera q ya no controlo, bloqueará y reprimiera todo, sentimientos, gustos, opiniones, todo. Ahora mi esposo me dice todo el tiempo que parezco muerta y siento que en el fondo así es. por que? Que hago? Que es lo q pasa?

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  2. Hola! gracias por tu comentario, probablemente no eres la única a la que le sucede y es muy valioso el que lo compartas.
    Quiero decirte que cada caso hay que analizarlo, pero por lo que dices el problema es que estás actuando para y por los demás. El vacío que sientes tiene que ver con que parecería que dependes de que los demás te reconozcan hermosa, valiosa, amada...cuando en realidad eres tú misma quien debe de reconocerse así y de hacer cosas para amarse no para que otros te acepten. Es desgastante estar intentando el que nos acepten/amen y no lograrlo, es como si uno luchara todo el tiempo y eso nos agota. Es ahí cuando comienzan las depresiones que hacen que perdamos el sentido de nuestras vidas.
    Por otra parte, el estar en pareja es decirle al otro cómo nos gusta que nos amen, cómo nos puede transmitir el ser querido y apreciado para que el otro lo sepa y haga lo que pueda por hacernos sentir bien. Es ceder un poco no por mí, sino porque deseo que mi pareja se sienta querida. Es muy válido que le digas a él cómo te puede hacer sentir mejor: un comentario, un mensaje, un detalle, y él está en derecho de elegir si lo hace o no, pero OJO, el que no lo haga no tendría que restarte valor. El amor que construyes hacia ti es suficiente para que aunque algunas personas no te hagan sentir valiosa, tú simplemente sepas que lo eres. Duele pero no te destruye, se supera y aprendes a recibir otras formas de amor y a interpretarlas. Quizás tu marido te esté amando en una forma que no eres capaz de ver... Es una elección superar ese filtro hacia lo negativo y lo vacío en nuestras vidas, observa lo que SÍ tienes pues el que no tengamos exactamente lo que queremos no significa que no tengamos nada bueno y valioso alrededor, no dejes que la tristeza avance. Espero esto te sea de ayuda.

    Si quieres seguir en contacto o quieres saber algo más escribe con confianza: pensarterapia@gmail.com

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