Se acerca nuevamente el final de año y puede ser que estés pensando ya en qué cosas pudiste cumplir de tu lista del 2013.
Si encuentras que hay varias cosas que cada año se te ha dificultado cumplir puede deberse a algunas cosas como éstas:
¿Haces propósitos o formulas deseos?:
Suele pasarnos que al momento de decir qué queremos hacer suena más como un deseo que le pediríamos al genio de Aladino: "quiero recuperar el cuerpo que tenía a los 20 años", "quiero tener novio", "quiero encontrar el trabajo ideal", "quiero viajar por el mundo". Todos estos son deseos, más que metas ¿por qué? pues para empezar son cosas un tanto vagas, puede ser que a base de ejercicio vuelvas a tener un buen cuerpo pero que sea igual a cuando tenías 20 años puede que sea difícil, el "trabajo ideal" ... ¿qué es eso? puede referirse a muchas cosas, sueldo, relaciones, un buen lugar de trabajo, cercano a tu casa, en fin...estamos planteando todo y nada y eso hace que sea muy difícil alcanzar la meta porque no tenemos idea de qué pasos hay que seguir.
¿Alguna vez has sentido que no puedes controlar tus ideas? ¿Pasas noches de insomnio sintiendo que no puedes parar de pensar? ¿Te gustaría aprender a sentirte bien? A todas estas cosas y más puede ayudarte la Terapia Racional Emotiva. Algunos pensamientos y emociones pueden alterar nuestro bienestar; el sufrimiento que experimentas ahora puede cambiar aprendiendo a pensar, sentir y actuar de distinta manera. Inténtalo, yo te puedo ayudar.
lunes, 30 de diciembre de 2013
miércoles, 18 de diciembre de 2013
Cómo comenzar a ser feliz y mantenerme así a partir de ahora
Uno de los propósitos más
comunes
y de los deseos que expresamos más comúnmente es el “sé feliz” o el
“quiero ser
feliz” pero ¿en dónde se encuentra la felicidad? ¿cómo le hago para
empezar a sentirme mejor? Recuerda que no hay soluciones mágicas,
desconfía de ellas porque no es una sola cosa la que nos
regala momentos de felicidad, es una suma de factores que, reunidos, nos
hacen
sentir felices. Es un esfuerzo continuo que cada vez se hace más fácil.
En psicología se han reunido una
serie de hábitos que pueden colaborar a que te sientas bien, ¿cuáles ya estás
llevando a cabo y cuáles te faltan? Si no pones en práctica estas alternativas,
no sabrás si funcionan:
martes, 26 de noviembre de 2013
¡¡AUXILIO!! NO ME PUEDO CONCENTRAR
Se acerca
rápidamente la temporada de exámenes, pendientes y cierre de año, sea lo que sea que hagas
en tu vida diaria, puede ser que hayas sentido alguna vez que no hay manera de
concentrarte, eliges un momento, pones toda tu fuerza de voluntad y aún así...
¡no avanzas! No desesperes, hay mucho que puedes hacer para avanzar... lo
importante es empezar a definirte, puede que sientas que perderás más tiempo
haciendo esto pero no es así, además ¿no crees que ya has perdido mucho tiempo
aún sin hacerlo? Si no lo intentas no sabrás si funciona, así que
en este momento saca una hoja de papel y algo con qué escribir y empieza a
poner orden. Esto y cada cosa que escribas te será
de mucha utilidad:
miércoles, 30 de octubre de 2013
Me MUERO de CELOS
¿Quieres dejar de sentirte obsesionado(a) por lo que piensas que está pasando con tu pareja? Para empezar
hay que diferenciar qué estamos sintiendo: celos racionales o celos
irracionales. Esto no sólo tiene qué ver con la intensidad, también tiene que
ver con todas aquellas cosas que nos decimos cuando hay algo (un disparador)
que pasa en la realidad y que nos hace sentir celosos.
Los celos
racionales se basan en la realidad, es decir, hay evidencia de aquello que los provoca,
no se vale decir “es que yo sé que mi pareja me engaña, porque lo sé”, se trata
de ubicar de manera objetiva, los comportamientos que están provocando en mí
los celos. No se trata de imaginar lo que pasa o de suponer, sino de poder
decir exactamente qué nos está molestando, por ejemplo: “cuando tal persona te
llama, o platica contigo yo te noto muy sonriente, muy cercano(a),” o que
“muchas veces cuando pasa una persona del sexo contrario la (lo) volteas a ver
inmediatamente. Con esto no estamos acusando a nadie de infiel, simplemente
planteamos la parte de conducta que nos está molestando, sin embargo parte de
ser racional es CONSIDERAR OTRA OPCIONES. El que voltee a ver a una persona no
siempre significa que le guste y aún así, es común que veamos gente agradable a
la vista y los volteemos a ver, no quiere decir que necesariamente nos vayan a
engañar.
Los celos
irracionales son producto de pensamientos irracionales tales como “¡Es horrible
que mi amado(a) esté interesado(a) en otra persona! ¡No puedo soportarlo!”, etc.
miércoles, 9 de octubre de 2013
Sé lo que los demás piensan... El "mal del adivino"
Todos
los días tratamos de adivinar las cosas que no sabemos para “prepararnos” ante
el futuro, la mayoría de las veces sin darnos cuenta de ello. Llegamos a
conclusiones que damos por buenas sin ni siquiera ser conscientes, por ejemplo,
cuando en la calle te encuentras a un compañero de trabajo o de escuela que
simplemente pasa de largo sin saludarte, en automático te das una explicación de
por qué lo hizo (y la mayoría de las veces es una explicación poco agradable:
le caigo mal, hizo como que no me vio, es un prepotente, cree que nadie lo
merece). Suponemos muchas cosas pero no somos conscientes de la influencia que tiene
este tipo de pensamiento en nuestras emociones y nuestros actos.
¿Cómo funciona?
Suponer
es llegar a conclusiones sin suficiente información, algunas veces podemos diferenciar entre nuestras
sospechas y la realidad y reconocemos que hay algo que no acaba de encajar en
el rompecabezas que hemos armado. Hasta ahí quizás no sería tan distinto de lo
que hacemos todos los días de manera automática. El problema de suponer es que damos por buena
nuestra conclusión sin cuestionarla,
es decir, pensando qué tanto hay de cierto en ella, en qué elementos me baso y qué otras opciones
puede haber. Quizás esa persona no te contestó porque cuando le marcaste por
teléfono justo en ese momento entro al baño o dejo su celular en casa, quizás
no escuchó tu llamada, la información que tienes hasta ese momento es que simplemente
no te contestó, sin embargo, bajo la sospecha puedes pensar que vio tu número
en el identificador de llamadas y no quiso contestarte… ¿pensar eso cómo te hace sentir? Asumimos como una
verdad absoluta lo que nos imaginamos cuando se trata sólo de una posibilidad
dentro de muchas otras. Si la emoción que nos provoca es
desagradable, empezamos a sufrir sin aún tener la seguridad de que eso que
creemos es cierto.
Las
suposiciones son, muchas veces, fuente de conflicto pues desatan
discusiones, acumulan enojo y otros problemas en las relaciones
interpersonales. Es probable que nos dediquemos a defender el que nosotros
tenemos la razón y ya ni siquiera le demos la oportunidad al otro de decirnos
su punto.
¿Por
qué suponemos?
Hacemos
suposiciones de todo aquello que no sabemos por completo: de cómo los demás piensan, sienten y actúan. Nos
saltamos pasos y concluimos cosas, si buscamos evidencias cuando ya
concluimos es posible que vayamos recopilando toda la información que corrobore
nuestras sospechas, no vemos los dos (o más) lados de la situación.
¿Recuerdas
artículos anteriores en este blog que hablan del ahorro
de energía del cerebro? Bueno, es justamente la misma
lógica, a nuestro cerebro le gusta ahorrarse pasos para tener energía para
realizar otros procesos, por lo que de manera automática, si no estamos
acostumbrados a debatir y a frenar nuestras conclusiones rápidas, es probable
que el cerebro le dé sentido al mundo con
la poca información que tenga.
¿En
qué me afecta?
Cuando
suceden cosas que no tienen mucho sentido, cuando nos sentimos inseguros y
desconfiados, buscamos señales para encontrar una
explicación, pero no de manera objetiva
vemos esas señales, sino que elegimos los trozos de la realidad que nos sirven
para darle sentido a una u otra hipótesis. Apenas llegamos a una conclusión que
nos satisface y que va acorde a nuestra creencia (la que queremos confirmar,
por ejemplo, que mi pareja me es infiel) la adoptamos como válida, en este caso
solo tomamos los ejemplos negativos
obviando los positivos o viceversa.
Si tu sospecha afecta tu estado de ánimo o provoca que tomes decisiones
rápidas y poco acertadas estás sufriendo las consecuencias de la falta de
evidencias.
¿Se
puede dejar de suponer?
Es
complicado porque es un mecanismo natural, una tendencia de ahorro de energías
para actuar rápidamente; lo
importante no es dejar de sospechar sino hacer un alto y valorar nuestras
suposiciones para disminuir su impacto. Por eso, la próxima vez que estés suponiendo algo
¡lo que sea!, antes de darlo por
válido, pregúntate qué otras opciones hay, amplia tu horizonte e incluye nuevas perspectivas en tu
análisis. Si una persona llega
tarde a una cita, no supongas, simplemente pregúntale qué sucedió cuando llegue. Si tu pareja ve demasiado el
celular o lo hace a escondidas, no desarrolles ideas paranoicas, espera a
que llegue el momento oportuno y pregúntale de manera no agresiva (NO ACUSES, aún no sabes
nada, acusar y agredir= reaccionar con poca evidencia). No des por buena tu
hipótesis hasta que tengas suficiente información y entonces pregúntate qué
harás al respecto.
Rompe el poder que tus sospechas
tienen sobre ti, sobre tu forma de sentir y tus
acciones. Confirma sospechas y vive menos estrés.
Si tus sospechas te han ocasionado
problemas y simplemente no puedes parar de pensar la Terapia es una excelente
opción para ti. Inténtalo y escríbeme:
claudia@pensarterapia.com
miércoles, 18 de septiembre de 2013
Esas son "puras mentiras"
La mayoría de las personas hemos mentido en
alguna ocasión. Existen infinidad de razones del por qué se miente, puede ser
para evitar castigos, evitar el rechazo de alguien, para lograr ser parte de un
grupo y la aceptación de los demás o para ocultar algún hecho que creemos que
ha estado “mal”.
Mentir, por definición está asociado al engaño.
Sin embargo no es el único fin, es cierto que hay personas que mienten para
desquitarse y lastiman a alguien, pero muchas otras personas mienten u ocultan
la verdad para evitar lastimar a los demás, sin fines de dañar o estafar, son las
famosas mentiras piadosas que tanto escuchamos decir que son para “evitar” un
mal mayor.
Muchas veces se esconde la verdad
para esquivar conflictos, pero también la mentira se ha vuelto algo cotidiano,
por ejemplo, se miente para justificar llegar tarde al trabajo o para “tapar”
que no hemos ido a la escuela. El problema es que para algunos se puede volver una
forma de funcionar y relacionarse con los demás... ¿dices muchas mentiras piadosas? ¿qué es lo que estás evitando?
jueves, 29 de agosto de 2013
COMO DUELE TERMINAR CON ALGUIEN
A casi todos nos causa mucho
dolor romper una relación, más aún cuando es otra persona quien decide
terminarla, casi todas las rupturas amorosas para quien la “padece” son
situaciones de “pérdida” ¿de qué? No sólo de la presencia de la persona,
también de hábitos, cuando terminamos con una pareja, muchas de nuestra
costumbres cambian, desde lo más radical que sería vivir con la persona, hasta
compartir algunas actividades específicas como ir juntos a bodas o fiestas,
desayunar o comer juntos, que te lleve o lo(a) lleves al trabajo, ver la tele
juntos o ir al cine, etc. Es lógico que al principio nos desestabilice, pero
¿qué pasa si nos atoramos o nos negamos a aceptar que la relación terminó?
Primero hay que entender qué es
exactamente lo que no nos deja soltar ¿miedo a la soledad, a no encontrar a
nadie más? ¿sentir que perdí algo que me pertenece, es mío? ¿asuntos
pendientes, creo que pude haberme esforzado más o no le dije cosas que quisiera
que supiera?
Lo primero que hay que entender
es el problema más profundo de identidad, tú eres tú estés con quien estés, no
es la otra persona quien te hace valioso(a), eres tú por quien eres con todo
defecto y cualidad que puedas tener. Estar solo es distinto a sentirte solo, no
tienen por qué estar relacionados.
No querer soltar es en realidad
una dificultad para aceptar que las cosas cambian,
jueves, 22 de agosto de 2013
LA MOTIVACIÓN PARA EL CAMBIO
Existen algunas veces en que nos sentimos motivados para
realizar un cambio en algún aspecto de nuestra vida y hay otras veces en que no
somos capaces ni de plantearnos dicho cambio o no sabemos cómo hacerlo.
Para dar una explicación a por qué nos pasa esto hay muchas
teorías de la motivación, en este caso podemos hablar del MODELO TRANSTEÓRICO
DE PROCHASKA Y DICLEMENTE.
¿Has pensado “este no es el momento para cambiar” o “no me
siento preparado/a para dejar de hacer…”? Bien, este modelo trata justamente
sobre esto y nos muestra varios “estados”
en los que nos encontramos y que influyen en el lograr o no nuestro objetivo de
cambio, ya que las personas nos
preparamos para esto dependiendo de ciertos momentos y condiciones que afectan
el deseo de cambiar realmente nuestra conducta.
He aquí las fases, si te has planteado un cambio sería bueno
que ubicaras en cuál de ellas te encuentras:
miércoles, 31 de julio de 2013
RUTINA Y CAMBIO
A pesar de lo
mucho que nos quejamos de la rutina diciendo que es aburrida, que nos gustaría
cambiar radicalmente de vida, que ya no vemos sentido en lo que hacemos; esta
serie de conductas que llevamos a cabo día a día es también una parte
importante que nos mantiene “en control” ya que somos capaces de prever algunas
cosas: sabemos más o menos cuánto tiempo haremos de camino a un lugar, sabemos
a qué hora nos tenemos que levantar para hacer cierta cantidad de cosas,
guardar las cosas en el mismo lugar nos hace encontrarlas con más facilidad,
etc. La rutina, nos ahorra tiempo y por mucho que nos quejemos de ella, nos
ahorra energía pensando en todas aquellas cosas que hay que considerar cuando
algo nuevo se nos presenta.
¿Has conocido
a alguien que se estrese mucho (pero de verdad mucho) cuando va a salir de
vacaciones? Es el ejemplo perfecto de lo que implica un cambio de rutina: esto
es una cantidad mayor de ESTRÉS que es provocado por “sentir” (en realidad es un
pensamiento del que estamos poco conscientes) que hay cosas que NO PODEMOS CONTROLAR, desde que alcancemos a
llegar al aeropuerto hasta que nuestra reservación sea cancelada o uno de los
viajeros se enferme.
¿Podríamos vivir sin rutina? Probablemente sí, aunque tendríamos que estar
abiertos a la incertidumbre que trae el cambio continuo, como sea, el llevar a
cabo una rutina no es la razón de sentirte insatisfecho. La rutina
sólo es algo que haces de manera repetitiva para poder lograr ciertos objetivos
como llegar a tiempo a un lugar. Lo que en realidad puede estar pasando es
miércoles, 17 de julio de 2013
QUÉ HACE DIFERENTE A LA TREC DE OTRAS TERAPIAS
Te muestra la causa de tu
sufrimiento pero no sólo eso, te ayuda a dejar atrás lo que no sirve
aprovechando lo que aprendiste de la situación y se centra en el aquí y el
ahora. Recuerda que darte cuenta de lo que te pasa no te cura, hay que “hacer”
para sentirse mejor.
Te enseña a enfrentarte a
situaciones difíciles que suceden en la vida y no sólo eso, te demuestra cómo
es posible que te sientas mejor cuando ya te ha invadido la desesperación y la
tristeza o el enojo; es decir, va en contra de la autocompasión y el drama.
Aumenta tu autocontrol, no se basa
en que un terapeuta te diga lo que debes o no hacer,
miércoles, 26 de junio de 2013
Me siento triste en días lluviosos: ¿existe la depresión estacional?
Es común escuchar a personas que nos dicen que se sienten
tristes porque está lloviendo o no se sienten del todo bien porque hace frío;
cuando hay sol nos sentimos más energéticos, más alegres, y cuando hace frío,
nos da más flojera levantarnos, nos sentimos dormilones y desmotivados. Estos síntomas son muy comunes.
Afortunadamente
en México no tenemos como tal una ausencia total de sol en el día, sin embargo
hay países, sobre todo Europeos, en donde durante el invierno la luz solar dura apenas unas
horas, a las 3 de la tarde comienza a obscurecer por lo que la gente tiende a
presentar síntomas depresivos que tienen que ver con la estación del año
(en otoño e invierno). En menor nivel, nosotros experimentamos
cambios en nuestro humor debidos a la falta de luz solar, sin embargo, hay un
enorme debate acerca de si esto puede ser llamado depresión.
¿Qué
tiene que ver la luz solar en todo esto?
miércoles, 19 de junio de 2013
ELIGIENDO UN PSICÓLOGO
Una de
las grandes dudas de mucha gente que consulta un psicólogo es si la terapia
funcionará, por ello es muy importante elegir adecuadamente al profesional que
nos ayudará. En psicología existen diferentes escuelas, algunas científicas y
otras no, hay personas que están aplicando “tratamientos” que no están
reconocidos por ninguna universidad o no son realmente psicólogos, todo esto
impacta en tu proceso de terapia.
Algunas
claves útiles en la búsqueda de un psicólogo son:
1. ¿Es realmente un psicólogo?
miércoles, 12 de junio de 2013
EL MOMENTO DE IR A TERAPIA
Es muy común que las personas pasemos por ciertas
dificultades, o que no nos sintamos del todo (o nada) bien, o que estemos inquietos
sobre algo o nos sintamos perdidos, confundidos o desmotivados. Todas estas
situaciones son comunes en las personas y con frecuencia tenemos diferentes
estrategias para hacerles frente y seguir avanzando. Sin embargo, cuando hay
momentos en que poner en práctica lo que queremos hacer es difícil, o no
sabemos qué hacer o sentimos que no podemos, puede ser momento de acudir a un
profesional como el psicólogo, ya que esto puede marcar la diferencia.
La mayoría de las personas acuden porque sienten que en su vida
hay algo que no funciona como quisieran y después de un tiempo de intentar
resolver el problema (sin el éxito que esperaban), han decidido solicitar ayuda
profesional. Pueden ser problemas que sentimos que nos sobrepasan y no sabemos cómo
afrontar.
En estos casos, el primer paso es reconocer o
identificar que existe algo que nos impide estar bien. Hay que remarcar que las
personas que consultan a un psicólogo no tienen que presentar necesariamente un
problema emocional o conductual severo, no tenemos que esperar hasta estar
metidos en la cama todo el día sintiéndonos muy tristes o “perder” el control,
para llegar a terapia. Cualquier conducta o situación humana, sobre todo
aquellas que disminuyen el bienestar, puede ser motivo de consulta y objeto de
un cambio.
Algunos ejemplos de lo que motiva
a la gente a ir a terapia pueden ser:
miércoles, 5 de junio de 2013
TOMANDO DECISIONES
¿Crees que te tardas mucho tiempo en tomar una decisión?
A veces dudamos que cualquiera de los caminos que tomemos
sea "el bueno", es el momento en que nos preguntamos “¿Y qué tal sí…?” por ejemplo
“¿Y si se enoja?” "¿Y si no me sale bien?”…y con esto toda tu buena intención
de tomar una decisión se hace más complicada, puede ser que ni siquiera llegues
a tomar una decisión por estar pensando en todas las opciones de lo que puede
pasar.
Todos tenemos que tomar decisiones en la vida,
algunas se basan más en la fe que en la información ya que no sabemos lo que pasará. Para algunos el
proceso de toma de decisiones es más complicado que para otros. Hay quienes no
dan un paso hasta tener tanta información como sea posible antes de decidirse,
por ejemplo cuando compran algo, pasan mucho tiempo revisando precios, contrastando opiniones,viendo otras opciones, etc. Esta forma de tomar decisiones
fácilmente puede caer en la postergación ya que llegan a tener tanta información que es imposible recordar todo y los pros son tantos como los contras por lo que mejor deciden ya no hacer nada puesto que están iguald e indecisos que al inicio.
Por el contrario, hay personas que toman decisiones
con muy poca información o incluso ninguna (como si fuera echar una moneda al
aire), cosa que a los que pensamos más en buscar información, nos parece
más arriesgado.
Hablando de quienes pasan más tiempo antes de tomar
decisiones, que es un caso algo más común, pueden presentar un problema con su
estrategia de búsqueda y más búsqueda, tratan de llegar a una meta que no será alcanzada:
SABER TODO antes de tomar la decisión, ver TODOS los pros y contras, etc.
Esta búsqueda de saber todo es una ilusión, nos
engañamos pensando que estamos “haciendo algo” cuando sólo pensamos y pensamos
(sin llegar a tomar la decisión)…no hay un proceso, sino un estancamiento.
Finalmente podemos decir “no puedo decidirme, no soy bueno/a tomando
decisiones”… Elegir NO HACER (no tomar ninguna decisión) es una decisión en sí
misma, por lo tanto SÍ tienes la capacidad de decidir.
No importa la decisión que tomes, siempre habrán
algunas dudas (“qué tal si”) y aún después de tomar la decisión te preguntarás
qué hubiera pasado si hubieras elegido otra opción, es inevitable. Como sea, el
“hubiera” es algo interminable…pero querer pensar en TODAS las posibilidades es llegar
a un nivel de preocupación altísimo.
¿Cuál es la clave? A lo largo de tu vida has tomado
ya decisiones, independientemente de si son cosas trascendentales o tan
cotidianas como al ropa que te pondrás hoy, el principio de la toma de decisión
ES EL MISMO…probablemente recopilaste datos (y lo hiciste bien) y llegaste al momento de
escoger una opción Y LO HICISTE.
Tal vez dirás “no es lo mismo
decidir entre llevarme un paraguas hoy y escoger la carrera a estudiar o el
trabajo que quiero hacer”, el punto es que SÍ tienes la capacidad de decidir y
de soportar las consecuencias asociadas a los que elegiste, CONVÉNCETE de ello.
Si no eliges y te paralizas no aprendes a enfrentar esa angustia de no saber
qué hacer y cada vez que tengas que decidir vivirás el mismo proceso de
ansiedad en el que cada día piensas “qué esto termine rápido”. En tus manos
está el terminar con esa preocupación.
Ya sea que decidas con mucha o
poca información, lo importante es atreverte a hacer lo que en ese momento te parece
mejor y tendrá mayores beneficios para ti a largo plazo. Cuando sientas que
estás en un momento en el que “nunca” habías estado, recuérdate a ti mismo/a
que tienes toda la capacidad para decidir y enfrentar lo que sea que se
atraviese por tu camino; ya lo has hecho antes y lo puedes hacer nuevamente.
Recuerda que no hay problema que no tenga solución; si no tiene solución,
simplemente NO ES un problema, es una realidad y puedes enfrentarla
preocupándote menos y actuando más a través de una estrategia ¿Cómo hacemos estrategias? lo veremos en el próximo post.
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